Aquí estamos de nuevo para contaros los pormenores de la última revisión de las cajas nido que hemos puesto a disposición de las aves insectívoras de Corullón.
Tenemos espías en las viñas que nos han ido informando durante la primavera del ajetreo y buen ambiente “pajaril” que se respiraba en el campo, así que gracias a su colaboración, ya podíamos intuir que este año se había incrementado la ocupación.
Tuvimos mucha suerte y además de un día perfecto, recibimos la ayuda de unos cuantos buenos amigos que quisieron ayudarnos en las tareas, ¡y menos mal!.
De las 24 cajas que hay repartidas entre las tres parcelas donde se han instalado, sólo 2 estaban vacías. Todas las demás tenían nidos más o menos elaborados en su interior, con indicios de bastante actividad durante toda la temporada estival.
En alguna por desgracia encontramos esqueletos de polluelos muertos y en dos de ellas hasta 4 huevos sin eclosionar con otro nido construido encima. Nos quedaría averiguar si los progenitores abandonaron la nidada por alguna razón y otra pareja ocupó la casa o fueron los mismos que decidieron construir encima para sacar adelante una segunda nidada. No somos expertos, sino entusiastas y aficionados. ¡Aún nos queda mucho que aprender!
Bajo alguno de los nidos nos han sorprendido tijeretas, hormigas rojas y hasta un nido de avispa papelera. Como ya imaginaréis, después de alguno de esos encuentros ya no metíamos la mano tan alegremente en las cajas para su acondicionamiento y limpieza…
En todos los nidos que hemos retirado, los materiales de construcción se repiten. Musgo como elemento principal, pelo de jabalí, plumas y plumones procedentes casi con total seguridad de aquellos pollos que no consiguieron salir adelante… También lana de varios colores. ¡Hasta hubo quien reconoció lana del jersey preferido de alguno de los trabajadores del campo!
En resumen, la población de aves insectívoras en las cajas se duplicó con respecto al año pasado y alcanzamos un 80% de ocupación, ya que no hemos tenido en cuenta 3 cajas con musgo y signos de actividad, pero sin un nido completamente conformado.
Sabiendo que las parejas aportan durante los 15-20 días que dura la cría entre 1400 y 3800 insectos perjudiciales para las viñas, echad la cuenta, no parece un mal resultado, ¿verdad?
No obstante hay que estar atentos ya que hay otras especies como mirlos, estorninos y zorzales charlos a los que les encantan las uvas. Los trabajos de revisión y limpieza en el campo nos sirven para controlar también su presencia.
Por suerte, parece que de momento no debemos preocuparnos por ellos, pero es bueno tener información de los animales que merodean por los cultivos, como el tejón cuya letrina y refugio encontramos en una de las parcelas, aunque no sabemos en qué medida puede afectar su presencia teniendo en cuenta la diversidad de su dieta.
Finalizada la jornada, ya cuelgan de nuevo las cajas en las viñas. Queremos agradecer, pues aún no lo hemos hecho, al grupo de anillamiento Txepetxa los consejos para el diseño de las cajas y a todos los amigos que nos han ayudado, ya que gracias a ellos las casas han quedado de nuevo limpias, radiantes y a total disposición de las aves de Corullón, que podrán guarecerse en ellas este invierno y volver a criar la próxima primavera.
Tú también estás invitado. ¿Te apuntas a la siguiente?.